domingo

Contra la indiferencia cívica

Democracia: tarea de todos

"La política es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los políticos".

Más allá de la decisión a tomar en lo que respecta a los numerosos candidatos, las nuevas elecciones nos ofrecen la oportunidad de reflexionar sobre la democracia, en términos menos circunscriptos. Sin pasar por alto la importancia del ejercicio del sufragio, no debemos olvidar que la democracia, como forma de vida y organización política, no se agota sólo en la emisión del voto. Correlativamente, resulta innegable que un examen más libre y maduro y una conciencia alerta al momento de elegir -alejada de condicionamientos negativos que tarde o temprano devienen nocivos- favorecerá el progreso de nuestro sistema democrático. Es precisamente a la razón y a la conciencia a lo que debería apuntar toda campaña electoral que aspire a demostrar auténtico respeto por el ciudadano. Llenar el vacío que provoca el abuso de la politiquería y la propaganda engañosa y elusiva con mayor profundidad en cuanto a propuestas políticas y verdaderos ejemplos de honestidad y compromiso, constituye actualmente un desafío insoslayable para aquellos candidatos dignos y capaces de representar los intereses de la comunidad.

Las elecciones como juicio popular

De acuerdo con la forma de gobierno de nuestro país, representativa y republicana, poner el acento en la participación del pueblo en la elección de sus representantes, es ponerlo al mismo tiempo en su participación en la fiscalización de quienes tienen y ambicionan tener la tarea de gobernar. Se manifiesta y ejercita así la soberanía popular.

La llamada crisis de representatividad, el divorcio existente entre los dirigentes y el pueblo que representan -que opera de diversas formas, todas en menoscabo del adelanto democrático-, hace que la mayoría perciba a los funcionarios de los distintos partidos como inaccesibles a una auténtica fiscalización por los ciudadanos durante su gestión. El ejercicio del poder delegado se considera actualmente muy condicionado por intereses que pueden apartarlo del objetivo del bien común. Ante esta situación, el principio de periodicidad de los cargos políticos, la renovación de los mandatos mediante el voto popular, adquiere particular importancia como medio de control de los ciudadanos sobre sus mandatarios políticos: se trata no sólo de la oportunidad de elegir nuevamente, sino también de juzgar el desempeño de los funcionarios y de sus respectivos partidos. Se trata, nada menos, de aquello a lo que más le temen muchos políticos: la puesta en juicio de una gestión, con posibilidad de quedarse sin ningún poder. Y esta vez será el pueblo, de quien emana y a quien pertenece exclusivamente el poder -tal como lo expresa nuestra Constitución Provincial-, el encargado de decidir. Será él quien juzgue políticamente a sus representantes al finalizar su mandato.

A medida que recrudece el problema de la separación y la falta de identificación entre representantes y representados, más debe fijarse la atención en la necesidad de remarcar la responsabilidad de los mandatarios ante la sociedad como atributo esencial y determinante de la democracia; su mengua y atascamiento afecta directamente el desarrollo y consolidación de la misma. El filósofo Karl Popper [1902-1994] es uno de los exponentes más originales de esta perspectiva, y uno de los que más la extrema. Sostiene que "en un cambio de gobierno, ese poder negativo, la amenaza del despido, es lo más importante." Un dirigente político que sabe que no se lo puede destituir tan fácilmente pierde uno de los estímulos más importantes para comportarse de modo que el electorado se sienta satisfecho con él. [Karl Popper, La responsabilidad de vivir]

Partamos entonces del convencimiento de que las dificultades en la vida democrática, se superan únicamente con más práctica de la democracia y con su perfeccionamiento. Sin extraviarse en el rechazo de "la política", "los políticos" o "los partidos", así, en general, lo que implicaría cegarse sobre las bases mismas del sistema democrático y facilitar su debilitamiento.


La necesidad de participar

El deterioro de la representatividad comporta una de las mayores causas de la falta de motivación para intervenir y del creciente desinterés por la política. Se intensifica en gran parte de la población la sensación de que los males no pueden remediarse, la inutilidad de intentar todo cambio, y aumenta la influencia de lamentables alternativas a la participación y el disfrute de la vida en democracia: el someterse a la manipulación, el automatismo o la desmoralización, o el deseo de mantenerse apartado, con indiferencia, de los asuntos públicos.

Pero los ciudadanos no debemos negar nuestra responsabilidad por el gobierno, ni permitir que pierda firmeza el sostén fundamental de nuestra participación. No sólo quienes buscan ser elegidos para gobernar están llamados a crear un vínculo con la población que supere el distanciamiento, la frustración y el perjuicio en la relación con el electorado que quiere ser representado como corresponde y conforme al interés de todos, sino también el mismo electorado está llamado necesariamente a contribuir a ese cambio, esa mejora urgente que requiere la política, mediante la práctica responsable de la soberanía que le pertenece, una adecuada supervisión e intervención, un examen crítico y exigente, irrenunciable y firmemente esperanzado de aquellos a los que designará como delegados en el ejercicio del poder. En la recomposición de la relación de representatividad, lo que debemos hacer prevalecer y asegurar es el sentido de responsabilidad de todos, representantes y representados, en lo que compete a cada uno.

El sufragio, el principal instrumento que tiene de expresarse y efectivizarse la voluntad popular, participando en la toma de decisiones y la formación del gobierno, representa la oportunidad, no desechable sin pérdida, de elegir y de juzgar, demandando por este medio la rendición de cuentas a nuestros mandatarios y desplazando de una función pública, a través del voto, a aquellos que no han sabido responder a la confianza depositada y pretenden una nueva delegación de poder en la misma o en otra función.

Sobre los males que acarrea la indiferencia cívica, el destacado constitucionalista Helio Juan Zarini, expresa en sus valiosos comentarios a la Constitución Argentina lo que a continuación -por su importancia- me atrevo a transcribir: "Un estado donde los ciudadanos transfieren en bloque sus responsabilidades hacia los gobernantes, y después se refugian en la apatía de la mera obediencia, o en el fácil expediente de dejar las tareas cívicas y políticas en manos de un grupo de elegidos, tendrá de democracia nada más que el nombre. En países como el nuestro, donde la forma de gobierno es representativa y republicana, la indiferencia cívica es el peor mal que se le puede ocasionar a la democracia, ya que esa despreocupación conspira contra el progreso del Estado y el perfeccionamiento de sus instituciones. La indiferencia cívica, en resumen, no sólo afecta a la sociedad; también agravia al propio egoísta, pues los males generales, a la postre, repercuten en todos y cada uno de los integrantes de la sociedad. Si esta apatía cívica se apodera de muchos de los hombres que componen la población del Estado, ello se transforma en una inercia pública que aletarga al pueblo y permite el advenimiento de regímenes políticos arbitrarios e injustos."

Por tanto, recalquemos una vez más que las profundas transformaciones que requiere la política, no las conseguirá la ciudadanía -que al fin de cuentas es la que sufre los daños- dándole la espalda, o cediendo al influjo que busca desvirtuar su intervención, y dejando que unos pocos se favorezcan con esa situación; las respuestas y soluciones resultarán sólo de la mayor participación y responsabilidad política que asumamos todos.

Javier Martínez - La Rioja, Octubre 2007.

viernes

Periodista: parecido a todos, igual a ninguno

Fue Mariano Moreno el fundador del primer medio de prensa con ideas patrióticas, por iniciativa de la Primera Junta de Gobierno Patrio, en 1810. Se denominó "La Gazeta de Buenos Ayres" y sus primeros redactores fueron personajes ilustres de la Argentina, como el mismo Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, entre otros. El primer número salió el 7 de junio de 1810, por eso se toma esa fecha para conmemorar en el país el Día del Periodista.

La intención declarada por Moreno en ese entonces era mantener enterado al pueblo de las acciones de Gobierno y "de las noticias prósperas y adversas" que acontecieran en el país y en su entorno. En la actualidad, si bien tanto la función periodística como uno de sus pilares fundamentales, la libertad de prensa, fueron evolucionando (o involucionando, según el punto de vista) conforme a los abismales cambios producidos en todos los campos sociales con el correr del tiempo, la misión, la médula misma de la profesión, sigue siendo la misma: informar a la comunidad, actuando de nexo entre la diversidad de acontecimientos de interés público y los ciudadanos y, de este modo, interviniendo en forma conjunta en la conformación del presente social.

Lo correcto o incorrecto de cómo se realice esa misión, es cuestión a evaluarse desde diferentes criterios, donde la ética profesional, la demanda social, el mercado empresarial, la acción estatal, entre otros elementos que van incorporando sus correspondientes matices hasta culminar en la elección del público al momento de informarse a través de un medio determinado, juegan su papel de forma manifiesta o sutil y no pueden ser dejados de lado al momento de arribar a una conclusión sobre una realidad tan compleja como la de los medios de comunicación, que no deja de ser parte de otros enrevesados fénomenos sociales.

Más allá del bien y el mal, y de los respetables debates y disquisiciones, surge la magia cotidiana de una función que se cumple con pasión, constancia y esmero parecidos a los del artesano, el investigador, el artista, el intelectual, pero también a los del trabajador picapedrero, al agricultor, el maestro, el obrero, pero sin ser completamente similar a ninguno de ellos, con gusto y características propias que hacen a esa especie singular: el periodista.

¿Quién puede explicar lo que los envuelve en su continuo baile entre imágenes y palabras detrás de las noticias, cuando sus familias mismas suelen mirarlos como a bichos raros mientras intentan argumentar la tardanza en llegar al hogar desde la cornisa del cierre en un día de tensión o por un mínimo cambio a último momento? ¿O cuando sonríen satisfechos por una confirmación y acierto que no parecen cambiar nada? ¿O cuando pelean solos en voz alta, se alientan, se reprochan, o critican frente a una computadora, que por lo general justo en el momento clave se manifestará desobediente? ¿Cómo van a entenderlos los demás cuando ellos mismos ya se fueron con urgencia detrás de otras noticias o a escribir una nota, precisamente, sobre lo que significa ser periodista?

jueves

Favorecen la integración de personas sordas e hipoacúsicas

Un cartel pegado en las vidrieras de muchos comercios céntricos de la Capital llama la atención. En él se comunica a las personas sordas o hipoacúsicas (con diferentes grados de disminución auditiva) que el local cuenta con un catálogo de los productos que allí se ofrecen elaborado en Lenguaje de Señas. Mediante una serie de gráficos en los que puede observarse los gestos manuales correspondiente a las mercaderías, junto a las características y lo necesario para llevar a cabo la compra (por ejemplo, la palabra "negociar"), la persona discapacitada puede alcanzar una satisfactoria comunicación con los vendedores. El cuadernillo que lleva como título "Comunicate conmigo" es una iniciativa de la escuela de educación especial Nº 371 María Madre del Buen Camino, en un destacado esfuerzo por construir una sociedad con una mayor y auténtica integración entre todos sus miembros.

Zapaterías, almacenes, mercerías, bazares, locales dedicados a la venta de prendas de vestir, regalos y artículos deportivos... cada vez son más los comercios que se suman a la propuesta.

El cuadernillo con el que cuenta cada local, presentando las señas específicas para los productos del rubro, está impreso artesanalmente. Por cada palabra o concepto aparece el dibujo de una persona realizando con sus manos el gesto correspondiente.

"Comunicate conmigo" es una invitación que, además de facilitar a las personas el desarrollo de una actividad cotidiana para la mayoría como la de adquirir diferentes productos, también impulsa una integración efectiva, lejos de los discursos demagógicos y facilistas, y la mera lástima. Una invitación saludable para todos, que debería extenderse no solamente al sector comercial, sino también a cada edificio público, dependencias oficiales y otras.

La Escuela Especial Nº 371 María Madre del Buen Camino, que distribuye y confecciona los cuadernillos, se encuentra ubicada en la calle El Chacho 61 y es una de las instituciones pioneras de la provincia en la atención de niños y adultos con otras capacidades ciegos, con dificultades motrices y cognitivas, sordos e hipoacúsicos.

El teléfono de la escuela, al que pueden comunicarse quienes deseen obtener mayores datos o colaborar y adherirse a la iniciativa, es 03822 - 426624.

lunes

Ocho años que son miles de años: Madre clama Justicia por la muerte de su hijo













"Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema".

César Vallejo. Los heraldos negros.


Pasaron más de ocho años de la muerte de un joven en un calabozo de la Dirección de Investigaciones de la Policía de la Provincia, y sus familiares aún no encontraron consuelo ni justicia. Estela Britos, madre de Cristian Ruiz, reclama todos los miércoles en Plaza 25 de Mayo, frente a Casa de Gobierno (antes lo hacía frente a los Tribunales) que se esclarezca el hecho. "No hay justicia y los asesinos siguen sueltos", reza el cartel que la dolida madre despliega, esperando que las autoridades y la sociedad no olviden lo ocurrido y depositando su fe en "la Justicia Divina".

Estela Britos abocó sus días a no dejar que la tragedia de su joven hijo se pierda en el olvido, fue una de las fundadoras de las Madres del Dolor, una agrupación de mujeres con heridas similares y no pierde las esperanzas de ver tras las rejas a los responsables de la muerte de Cristian. No la convence el cuadro del aparente suicidio, el joven con una bufanda presionando su cuello, colgado del gozne de una puerta del baño del calabozo. La imagen lastima su corazón y exarcerba aún más su clamor interno, mucho más de lo que demuestra sentada en ese banco del centro de la ciudad, la mayor parte del tiempo sola.

La mujer conserva la esperanza, pero se aferra a "la Justicia Divina", más que a la Justicia de los hombres, que dice que se encuentra contaminada por el poder político. Sería más apropiado decir que su fe la robustece y hace frondosa, aún con su fina figura y sus escasos recursos, su humildad y esas torsiones que deja en el cuerpo el dolor, parecida a los naranjos de Plaza. Afirma que esa Justicia, la Justicia que no se lava las manos y que está por encima del obstáculo de un expediente demorado por la supuesta falta de jueces, esa Justicia que la sostiene días tras días tardará, pero llegará. Así sucede.

Cristian era "pegatinero", uno de esos chicos que reciben unos pesos por adherir a las paredes carteles de políticos que muy sonrientes y confiados aseguran una vida mejor para la gente en medio de la infinita contienda electoral. Pero el 29 de marzo de 1999 seguramente se sintió tan solo como aquel hombre que hace mucho tiempo en el huerto Getsemaní esperaba a sus captores. Los mismos que lo llevarían a ser crucificado y abrir un camino de redención para los hombres. No hay amor más grande que el dar la vida por los amigos. O por un hijo, que también suelen ser los mejores amigos para una madre incondicional.

viernes

Presentación

"Todo es un experimento", decía Tibor Kalman, uno de los diseñadores contemporáneos más influyentes y mítico director de la revista Colors. Bien, sin ánimo pretencioso luego de despacharnos con semejante cita, pero -por encima y a pesar de todo- sin temor a calzarnos y desenfundar las palabras, decimos: esto es un experimento, un proyecto. ¿Qué busca? Sumarse a las alternativas existentes en materia de periodismo y otras formas de expresión en la ciudad de La Rioja (Argentina) aportando arrimos y miradas propias a los acontecimientos, noticias, debates, ideas e intereses relacionados con la actualidad y la experiencia personal.

Para ampliar este conocimiento y compromiso con la realidad en sus diferentes matices impulsamos la participación activa y la opinión de los lectores. Podríamos decir que encontramos inspiración para este sitio en las pujantes iniciativas del denominado "Periodismo Ciudadano"; preferimos reconocer, simplemente, que nos gusta la idea del Periodismo Ciudadano, el cual intenta presentar opciones y complementarse con los medios de comunicación tradicionales, con fuerte sentido comunitario, abierto y, al mismo tiempo, particular.

Con ese propósito, CÓDIGO DIRECTO se apoya en los recursos tecnológicos disponibles, la colaboración de los lectores en los contenidos, los beneficios de la interacción y la independencia de criterio, y la convicción de que lo que pasa en la ciudad puede ser contado de diversas maneras, sin por ello resultar menos verosímil e interesante. Dos son las vertientes principales, no excluyentes, que alientan este proyecto: PERIODISMO Y LITERATURA. A esta conjunción, pretendemos que también la enriquezca la HISTORIA. Y a la hora de dejar fijos los acentos que deseamos acompañen nuestras palabras, escogemos: la creatividad, la actualización constante, el comentario, la democratización de la información, la responsabilidad y el compromiso. Que haya suerte.

Foto: Naranjo y farol abrazados en la Plaza 25 de Mayo (Javier Martínez). La Rioja es llamada históricamente "La ciudad de los naranjos" y también -de modo más poético- "Ciudad de los azahares".